Ocho de las treinta especies de género Cándida tienen importancia médicamente, y entre éstas, a nivel vaginal por su frecuencia la más importante es Cándida albicans.
Otro hongo fácilmente observable aunque en menor número de casos es Torulopsis glabrata (cándida glabrata). En mi estadística citológica los hongos suponen un 70,2 % del total de citologías.
Cándida albicans es un hongo muy común en la vagina. Se observan en ella como levaduras ovales aisladas o como hifas de las que salen brotes (pseudohifas).
Se encuentra en el medio habitual que nos rodea: objetos, aire, agua...; también se transmite sexualmente y existen situaciones que favorecen su desarrollo como son el embarazo, los tratamientos antibióticos, diabetes, defensas generales y/o locales disminuidas.
Se encuentran hongos en el 65 % de muestras fecales del tracto gastrointestinal de población aleatoria. En voluntarios sanos adultos en 30 % en orofaringe, 50 % en yeyuno, 50 % en ileón y en recto el 60 %.
Del 15 % al 25 % de compañeros masculinos de mujeres con candidiasis vulvovaginal son portadores asintomáticos en el pene.
El 36 % de mujeres con micosis recidivante tienen cultivos positivos de orofaringe. Todo esto puede ser el origen de recidivas.
Produce manifestaciones clínicas variables en intensidad: prurito vulvovaginal, disuria, leucorrea blanca grumosa típica (que no hay que confundirla con la citólisis intensa producida por el bacilo de Döderlein), etc. A veces es asintomático comportándose como saprófito.
Desde el punto de vista citológico las alteraciones celulares son variables en intensidad. Por lo común no plantean dificultades para diferenciarlas de las propiamente atípicas. No obstante, en las micosis por cándidas albicans, existe no raramente una tendencia a la queratosis (hiper y/o paraqueratosis) reactiva que puede recordar a las alteraciones producidas por HPV o enmascarar una hiperqueratosis por leucoplasia y precisar de diagnóstico diferencial.
Se puede asociar a cualquier otro tipo de agente infeccioso. Su asociación al bacilo de Döderlein es frecuente.
Torulopsis o cándida glabrata es un hongo más pequeño que cándida. No forman esporas ni micelios. Se encuentran diseminados o en pequeños grupos entre los demás elementos del frotis.
La clínica suele ser menos intensa que en la cándida albicans, muchas veces asintomática y apenas hay alteraciones citológicas en la T. glabrata.
En los frotis intensamente citolíticos pueden pasar desapercibidos los hongos y sistemáticamente en ellos hay que investigar su presencia. Aunque sean asintomáticos mi opinión es de tratarlos siempre.
Les dejo las imágenes que les mencioné en el Podcast
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