El Marketing médico, comprende al conjunto de actividades humanas que guían y orientan a la organización para optimizar los productos y servicios del trabajo con los mercados; a efecto de propiciar los procesos sociales y administrativos de intercambio con otras personas, las cuales pueden y deben encontrar los productos o servicios que van a satisfacer las necesidades y anhelos de los pacientes de manera rentable en lugares accesibles y con el menor esfuerzo.
Para optimizar este proceso de intercambio para el paciente/consumidor; el producto creado tiene que tener valor, su precio debe percibirse como el adecuado, y sobre todo, debe satisfacer lo que el paciente anhela, quiere o necesita, generando igualmente el bienestar social a largo plazo. Tal actitud, implica buscar la Salud de la Sociedad y la mejoría de Calidad de vida de las personas, moldeando un nuevo papel para el mercadeo.
Este Marketing tiene por objetivo conocer y entender al paciente -su cliente- para determinar lo que él desea y ofrecérselo, tan bien que el producto o el servicio se venda sólo, satisfaciendo la necesidad de quien lo compra. Su prioridad se concentra en la necesidad de "su paciente", y en la utilidad o beneficio del producto o servicio que le otorga para satisfacerlo. La planeación del éxito y prestigio profesional del Marketing médico, es a largo plazo.
Por tanto, juega un rol importante el desarrollo del país con énfasis en los aspectos sociales en que la calidad de vida y el bienestar son vistos al mismo tiempo como un fin último del desarrollo y como uno de sus factores determinantes, donde el crecimiento económico constituirá probablemente en el concepto de desarrollo más utilizado y discutido de todos los conceptos. En salud, lo importante es detectar las necesidades no satisfechas de los pacientes buscando suplírselas con calidad, calidez y equidad, de allí que si deseamos lograr estos propósitos, será menester asegurarnos que todos en la organización se sientan parte de ella, piensen y se sitúen como clientes, y que hagan todo lo posible para lograr ofrecer más valor y satisfacción a éstos.
Aunque la interrelación entre marketing y la salud puede resultar sorprendente, si nos detenemos a pensar en la esencia del marketing y la razón de ser de la sanidad, no es difícil ver su concordancia.
Con esta unión, el objetivo es ofrecer a los pacientes los servicios asistenciales y ambientales de valor y apropiados, en el momento oportuno, en un lugar agradable y consiguiendo, a cambio, una compensación económica razonable. Nadie duda que las organizaciones sanitarias de éxito sean aquellas que puedan satisfacer las demandas de los pacientes de la forma más eficaz, generando confianza y satisfacción en el servicio y en la organización.
El marketing médico, desde el punto de vista de nuestra salud, se basa hoy en tres pilares fundamentales: la importancia del paciente tradicional y digital, la necesidad de aportar valor añadido al servicio prestado y la urgencia de una formación adecuada. Junto a ellos, es necesario comprender las especificidades de la imagen y reputación corporativa sanitaria, el creciente significado de la calidad del servicio y la comunicación sanitaria así como su aplicación, bien si se trate de una institución pública o privada, sin duda, hay que tener muy en cuenta que estamos en el siglo de las tecnologías digitales.
En la actual sociedad de la “sobre-información” es todavía más imprescindible para las empresas e instituciones conocer mejor a su público objetivo para desarrollar eficientemente su estrategia de comunicación, a través de acciones y mensajes enfocados al segmento al que se dirigen, consiguiendo los objetivos perseguidos y rentabilizando al máximo los recursos disponibles. Si aceptamos que el marketing consiste en “identificar las necesidades y preferencias de la población objetivo para tratar de anticiparse a ellas y satisfacerlas del mejor modo posible garantizando la supervivencia de la organización”, no tiene sentido plantear si el marketing sanitario es de aplicación solo para el sector privado, o también es de utilidad para el sector público.
Sin embargo, en el entorno sanitario, el término marketing ha tenido tradicionalmente una connotación negativa por su relación directa con la publicidad y la venta, con tópicos como “la salud no necesita venderse”, obviando que sí, también se hace marketing cuando se pone en marcha una campaña de promoción de la salud, una campaña de vacunación o un programa de captación de profesionales sanitarios.
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