En el área de citopatología nos encontramos muy frecuentemente con el término “metaplasia” que puede definirse como cambio o reemplazo de un tipo de epitelio por otro. Es decir, corresponde al epitelio que encontramos en la zona de transformación o bien lo podemos entender como reemplazo de un tejido adulto en otro de la misma clase.
La metaplasia escamosa puede explicarse en algunos casos como un proceso adaptativo o de cicatrización de una lesión. Sin embargo, en ciertos tipos de metaplasia, madura o inmadura.
Existen diferentes tipos de metaplasia: metaplasia intestinal de la mucosa gástrica; metaplasia gástrica en la mucosa del esófago; metaplasia glandular en epitelio de la vejiga; metaplasia ósea en cartílagos de la laringe; metaplasia pavimentosa del cuello uterino, etc.
La metaplasia escamosa del cuello uterino es un término usado en el área de anatomía patológica para describir los cambios que ocurren en las células de ciertos tejidos del útero. El término genera preocupación para las mujeres que reciben un resultado con este reporte de células, sin embargo no debe existir preocupación alguna por estos hallazgos, ya que se producen naturalmente en las mujeres durante ciertas épocas de su vida.
Como es un proceso natural, los cambios no se consideran peligrosos o que aumenten el riesgo de cáncer de cuello uterino.
La posibilidad de que dentro del desarrollo de células de metaplasia se transformen en células pre cancerosas o cancerosas del cuello uterino es impredecible, puede darse ya que las están experimentando cambios naturales y que por agentes externos o carcinogénesis pueden convertirse en células de metaplasia atípica. Pero en condiciones normales, las fases de la metaplasia escamosa son:
a) Epitelio cilíndrico normal;
b) Hiperplasia de células subcilíndricas;
c) Metaplasia escamosa inmadura;
d) Metaplasia escamosa madura.
Estos cambios citopatológicos los podemos estudiar en nuestro curso de citología ginecológica.
La colposcopía es muy importante para identificación de esta zona de transformación en el cuello uterino, dado que la mayoría de las manifestaciones de carcinogénesis cervical ocurren en dicha zona, por ello es recomendable visitar al médico ginecólogo regularmente.
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