La inteligencia emocional se desarrolla a lo largo de toda la vida, no es algo estático. Por ello, lo importante no es con qué inteligencia nacemos sino qué hacemos con ella. La Inteligencia emocional no deja de crecer si se estimula.
La película Intensamente, de Disney Pixar nos evidencia el tema de hoy. En ella, la pequeña Riley Anderson se muda de la tranquila Minessota a la movida San Francisco, proceso en el que experimenta una serie de emociones que la llevan a madurar. La historia se desarrolla en la mente de Riley, donde Alegría, Temor, Tristeza, Desagrado y Furia compiten por el control. Mucho se habló de las pocas emociones que estaban retratadas en la película, que el rango es más amplio y se habían quedado cortos, pero en realidad esas son las emociones más primitivas y su control hace la diferencia a la hora de relacionarnos con el mundo. En el tema Migratorio (Emigración-Inmigraciones ya sea locales, regionales y continentales) es fundamental la activación de la Inteligencia Emocional y de las múltiples emociones, porque hacen la diferencia entre Estar en un lugar y Habitar en un lugar.
La naturaleza, en su afán por garantizar la supervivencia de la especie humana, creó las emociones para protegernos de las amenazas exteriores y estimular nuestro desarrollo: el enojo estimula el cuerpo para que produzca la energía que nos permita defendernos, el miedo nos prepara para la huída, la alegría da reposo y fuerza para afrontar cualquier tarea, el desagrado previene los envenenamientos del cuerpo y del alma y la tristeza nos da la posibilidad de reflexionar sobre un hecho y planificar un nuevo comienzo. Cuando enfrentamos situaciones y no estamos entrenados para ello, el cuerpo puede saltarse el filtro de la mente racional y reacciona de la forma más primitiva y reptil, esto es llamado “secuestro neuronal”, el sujeto pierde el control de sus acciones por un momento y puede hacer y decir cosas que no quiere en realidad. Aunque esto puede sonar como una reacción, no va en consonancia con las normas sociales y nos hace más daño que beneficio.
Entrenar la inteligencia emocional no es sencillo, demanda un conocimiento previo, que podemos obtener gracias a nuestra búsqueda personal o por acercarnos a entrenarnos. Ni las escuelas, ni los padres tienen claro aún que deben hacer para estimular la inteligencia emocional, por ello en nuestro training center apenas estamos preparando a trainers, profesionales, docentes y particulares en ese sentido.
Cuando aprendemos de qué se trata cada emoción y cuáles son sus efectos en el cuerpo podemos reconocerlas y prevenir cualquier arranque emocional.
Asimismo, si aprendemos a identificarlas en los demás, nos permite evolucionar la reacción reptil a la respuesta pertinente de la manera más adecuada y tener el control de la situación. El mal manejo de las emociones no solo tiene consecuencias en nuestra vida social, sino que puede llegar a tener efectos negativos en nuestra la salud.
El control de nuestras emociones no se traduce en represión, sino en vivirlas adecuadamente y en la justa proporción. Por lo que informarse sobre el tema es el primer paso para la tranquilidad.
Actívate trabajando en tu inteligencia emocional, si es Hacia dónde Quieres Ir.
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